Lleva a un encuentro íntimo con Dios., que nos hace seguir avanzando en el amor a Él y a nuestro prójimo.
Nos ofrece las experiencias que los místicos tuvieron, para contemplar que Dios es amor pero -sobre todo- para corresponderle con amor esponsal.
Presenta cuatro polos del amor, estimulándonos a vivirlos y a caracterizar con ellos nuestra propia vocación.
Nos anticipa el cielo, preparándonos para que las tribulaciones no nos separen del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Nuestro Señor.